En realidad un mundo sin pobres no es ninguna maravilla, seamos sinceros. ¿Quien nos haría el trabajo sucio, el trabajo duro? ¿Quien me atendería a mí dentro de cuatro días pues ya me acerco a los 70 años? Es normal que el señor asqueroso de la viñeta tenga pesadillas.
Se despierta asustado pensando que para poder beber champán antes de dormir, necesita pobres que recojan las uvas cuando hace frío. Y él no piensa levantarse para esos trabajos.
Un mundo sin pobres es una mierda. Si no hubiera pobres, se tendrían que inventar. Llevamos miles de años con los pobres entre nosotros, y no es cuestión de prescindir de ellos.